domingo, 8 de enero de 2012

Dame una razón por la que sonreír. . . Tú.

No puedo más. No soporto este malentendido. No fue culpa mía que tú vieras eso. Aunque a pesar de todo, si te pareció lo que no era, te pido perdón. No quiero que estés enfadado conmigo. Ya que sin ti, sí que no me quedan motivos para ser feliz. Bastante tengo con que mis amigos están a tomar por culo y jamás los vi en persona, a parte de que mi mejor amigo que sí está en el pueblo ya no es como antes porque está celoso de ti. Lo de anoche fue algo horrible en comparación de lo que yo quería. La fiesta de mi cumpleaños se convirtió en una pelea. Ahora, tú estás en el hospital por eso que sucedió. No sé si te conseguirás poner bien joder. Estoy preocupada. Harta de todo. ¿Es que no merecemos ser felices de una vez? Te lo quise explicar pero tú te marchaste sin decir nada, aunque con esa mirada me lo dijiste todo. No te vayas. No me dejes. Sin ti, ya no hago nada. Tú me salvaste la vida, por eso sigo aquí. Tú fuiste también el que siempre estuvo a mi lado pasara lo que pasase y me juraste estar siempre en ese lugar. No quiero que cambie nada por favor... No cambies tú.

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